Problemas y necesidades de las regiones de la República Dominicana.
Las regiones coinciden en los probles sin importar su ubicacion todas comparten los problemas que se encuentran inmersos en la sociedad dominicana de hoy
El año que acaba de finalizar estuvo marcado, en la región Norte, por múltiples manifestaciones en reclamos de obras sociales, suministro de agua potable, energía eléctrica y en contra de la violencia recrudecida en Santiago con hechos de sangre ligados al nacotráfico y al sicariato.La escalada fue tal que el presidente Leonel Fernández convocó a las fuerzas vivas de la Ciudad Corazón, a fin de aplicar medidas urgentes que dieran al traste con la inseguridad ciudadana que intentaba arrodillar a esta productiva zona del Cibao. Igual panorama delictivo se presentó, el pasado año, en la región Este, donde ocurrieron hechos lamentables conexos con el narcotráfico y la delincuencia. Amén de enfrentamientos por arrendamiento de tierra en zonas cañeras, robos de reses, así como decenas de arrestos en aeropuertos por narcotráfico.
El Sur, aunque con menos incidencias delictivas, continuó bajo el peso de la pobreza, agravada por fenómenos naturales como en agosto, tras la ocurrencia del huracán Irene, que afectó mayormente a comunidades de las provincias San Cristóbal, San José de Ocoa y Peravia. Fue necesaria la acción directa de las autoridades para remediar los severos daños a poblaciones, infraestructuras y a miles de tareas agrícolas básicamente en San Cristóbal y en Ocoa.
El Suroeste sufrió el rigor de la presencia del cólera, cuya secuela fue de varias muertes y de decenas de afectados, lo que ameritó que las autoridades sanitarias aplicaran audaces medidas de higienes y de controles en las aguas y en los alimentos servidos en lugares públicos, debido a la cercanía con Haití, que ha estado azotado por la epidemia.
Violencia matiza a Santiago y a la región del Norte
La violencia protagonizada por el sicariato y la delincuencia común; las protestas callejeras, la sequía y luego las inundaciones provocadas por las lluvias, marcaron a Santiago y la zona del Cibao en el año que culminó.
Muertes y casos sospechosos de cólera en comunidades y barrios acapararon la atención durante el 2011 en ésta y otras provincias del Norte.
Otro caso que dominó la atención pública fue la reacción de grupos comunitarios y moradores de varios sectores de la zona sur de Santiago en contra de haitianos indocumentados, llegando incluso a formar brigadas armadas con palos y machetes para expulsarlos, lo que ameritó la intervención de la Policía, Migración, el Ministerio Público y otras autoridades para evitar tragedias.
Asesinatos
En el mes de julio, la cifra de muertos a tiros por desconocidos se elevó a siete personas en hechos ocurridos por separado en Buenos Aires, Navarrete, La Herradura, Puñal y la Presa de Tavera. Entre los fallecidos en ese mes a manos de sicarios están Eronel de Jesús Durán Jiménez, Rafael Antonio Guzmán y Luis Heriberto Torres Mirabal.
El 25 de julio, desconocidos asesinaron de varios disparos al español Pablo Fanjul, de 53 años, quien se recreaba en los alrededores de un parque en el sector de Villa Progreso.
Al día siguiente, fueron encontrados en el segundo nivel de una casa del sector de Cerro de Gurabo, de Santiago, los cadáveres de los sudamericanos Serafín Alvarado Bautista, Carlos Arturo Pedraza García, Héctor Elías Peña García y Silvio César Sánchez.
Un informe ofrecido en agosto por el Voluntariado por la Seguridad de Santiago (Voses), de un total de 108 personas muertas de forma violenta aquí hasta ese mes, 24 fueron víctimas del sicariato. Juan Ortiz, de Voses, consideró que Santiago no es una ciudad eminentemente turística y que por consiguiente, las autoridades tienen el deber de dar seguimiento a los extranjeros que visitan la ciudad por varios días.
La vocera de la Coordinadora de Mujeres del Cibao, Yolanda Santana, dijo que la violencia ha llegado a extremos tan preocupantes en Santiago, que la gente está viendo los hechos de sangre como algo cotidiano, lo que considera grave.
Las protestas callejeras fueron frecuentes en comunidades y barrios de Santiago, Navarrete, Moca, Mao, Licey al Medio, Nagua y San Francisco de Macorís, dejando al menos dos muertos y varios heridos. En comunidades y barrios de Santiago, como Colorado, Puñal, Ciruelitos, Licey al Medio, Canca la Reyna, San José, El Puente y Borojoi las manifestaciones fueron continuas y hasta violentas.
La delincuencia deja huellas dolorosas en la zona del Este
Las muertes violentas de esposos contra sus mujeres, el poder del narcotráfico con el pago a sicarios para eliminar a adversarios y las invasiones de tierras estatales y privadas, fueron los hechos más notorios registrados en las cinco provincias que integran la región Este, en el 2011.
El secuestro y posterior asesinato a tiros del periodista José Silvestre, ocurrido a principio de agosto del 2011 en La Romana, por parte de sicarios al servicio del narcotráfico, está entre los sucesos que más conmocionaron a esta parte de la isla.
La lucha por la tenencia de la tierra llegó a su punto más álgido cuando en un campo de El Seibo dos personas resultaron muertas y otras heridas, por una litis entre las empresas Castelar del Grupo Campollo, de origen guatemalteco, y la Azucarera del Este, de españoles, que se disputaban 105 mil tareas que el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), arrendó a ambas empresas.
Las víctimas fueron identificadas como Orlando de los Santos Santana, de 31 años, residente en la comunidad cañera de Cañada del Agua, y Alexis Cayetano (Kiko), de 45 años, residente en el batey Haití Mejía, ambas comunidades pertenecientes a la sección Mata de Palma, de El Seibo.
Aunque algunos hechos oscurecieron el panorama social, otros vinieron a aliviar la carga económica de muchas personas que lograron un empleo empleo seguro.
A esta zona de ganadería, agroindustria y turismo, le espera un futuro promisorio, conforme las inversiones en el campo turístico, vial y la agroindustria cañera se vienen realizando a partir del 2011, destacándose la apertura de los ingenios Porvenir y Alcoholes Finos en San Pedro de Macorís.
Sin embargo, más allá de las buenas noticias producidas por el anuncio de inversiones en proyectos hoteleros y la agroindustria, también se sintió la lucha por la posesión de la tierra.
Los robos de ganado y las invasiones de tierras privadas se convirtieron en un dolor de cabeza para dueños de fincas y el poder judicial, que vieron con preocupación que las invasiones eran patrocinadas, según denuncias de sectores, por supuestos funcionarios.
Los ganaderos denunciaron el hurto de más de 2,000 reses, y dijeron que muchas de las cuales eran descuartizadas en las fincas y pasadas por los frentes de los cuarteles policiales y militares de Higüey, El Seibo, La Romana, San Pedro de Macorís y Hato Mayor.
Entretanto, el Gobierno siguió avanzando los trabajos de la Autopista del Coral, una obra que acortará la distancia entre los pueblos del Este.
Conflicto en turismo
Sectores representativos del turismo denunciaron los embargos de que fueron objetos algunos hoteles del Este, provocando pérididas e incomodidades a turistas alojados en las instalaciones.
Pero, abogados actuantes en esos procesos de reclamaciones dijeron que realizaban los embargos ante la negación de ejecutivos hoteleros de pagar las prestaciones laborales a empleados que fueron despedidos.
El caso más reciente vinculado al narcotráfico fue el asesinato a palos del piloto puertorriqueño Santos Seda Rodríguez, encontrado en unos matorrales cerca de Higüey, tras las autoridades incautar un alijo de 58 paquetes de cocaína que se disponía llevar a Puerto Rico.
El huracán Irene también provocó severos daños al sistema vial de la región Este, sobre todo en las provincias El Seibo y Hato Mayor, mayormente en el municipio de Sabana de la Mar, cuyas crecidas de ríos afectaron varios puentes.
Precisamente en esa demarcación, sectores representativos demandaron la reconstrucción de la carretera que comunica con Hato Mayor.
Un hecho lamentable ocurrido más al nordeste del país, fue un naufragio el 4 de diciembre, en el cual murieron tres personas.
Irene azotó más a San José de Ocoa y a San Cristóbal
Entre los hechos más importantes ocurridos en la región Sur el pasado año, se destacan los estragos del cólera con varias muertes y cientos de afectados, la crecida del Lago Enriquillo anegando terrenos agrarios y ganaderos, así también el saldo negativo que provocó la tormenta Irene al desplazar a cientos de persons en Peravia, San José de Ocoa y San Cristóbal.
Las buenas noticias que llevaron soluciones a los sureños están la inauguración de la Ciudad Universitaria de Barahona, y la apertura del Centro Cultural Perelló en Baní, pero igual estuvo latente las demandas de los azuanos para que las autoridades terminen el remosamiento del Centro Cultural Athenes.
El cólera
Sin embargo, los estragos del cólera, en buena parte de la región, impactaron de forma negativa en la población, dejando cientos de infectados y varias muertes, así como la permanencia y posible solución al problema de las inundaciones generadas por la crecida del Lago Enriquillo.
Asimismo, en el orden positivo, se vieron los avances para la culminación de la presa de Palomino, en San Juan de la Maguana, la que se prevé permitirá un ahorro al país de 52 millones de dólares.
Una mirada a la realidad de las provincias fronterizas, por el lado sur del país, evidencia las penurias de dominicanos y haitianos frente a la epidemia del cólera, la falta de agua potable y la irrupción de cientos de niños haitianos integrados a las escuelas de Elías Piña y otras comunidades limítrofes con Haití.
Impacto de la crecida
Con relación a la crecida del Lago Enriquillo, la situación ha sido tan desvatadora para las provincias Barahona, Bahoruco e Independencia que el pasado año despertó el interés aun de misiones extranjeras de expertos a ifn de buscar respuestas al fenómeno del lago.
Los daños son tan severos que el presidente Fernández, en visita a Neiba en el 2010, anunció medidas importantes a favor de los agricultores y ganaderos de la zona.
Justo en noviembre del 2011, el mandatario emitió un decreto, el 674-11, en el que declaró de emergencia los trabajos de desmonte y preparación de tierras, la instalación de red de riego y construcción de cercas para evitar los daños a los cultivos por el desborde del lago. En agosto, el país fue azotado por el ciclón Irene y cuatro personas murieron en la zona, más de 40 mil personas desplazadas, 88 comunidades incomunicadas y cerca de tres mil viviendas afectadas, pero fue San Cristóbal una de las provincias de la región Sur que más sufrió ante el paso de este fenómeno, pues las inundaciones fueron terribles y de las muertes, tres se registraron en esta localidad. El gobierno tuvo que ir en auxilio de las familias afectadas por las crecidas de los ríos Nigua, en Haina, y Yubaso, en Cambita. Mientras que en varios puentes colapsaron y predios agrícolas fueron destruidos por las inundaciones. Frente a la demora de las autoridades para dar respuestas a las necesidades, unas 50 organizaciones comunitarias y sociales de Ocoa se levantaron para clamar a los cuatro vientos el arreglo de su carretera de entrada.
Otras protestas se sucitaron en Barahona en demanda de arreglo de calles, contra los apagones y por el suministro de agua potable. Así también, profesores se manifestaron por la crisis del Seguro Médico para Maestro (Semma) y por la delincuencia que se hizo presente en esta ciudad. Sin embargo, la inauguración del Centro Universitario Regional de Barahona, por parte del presidente Fernández, logró satisfacer el reclamo de una franja importante del Suroeste, ya que la obra levantada con una inversión de 2,000 millones de pesos, ofrece educación superior a estudiantes de Barahona, Bahoruco, Pedernales e Independencia.
De su lado, la presidenta de la Sociedad Dominicana de Infectología demandó de las autoridades del Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de Salud para que ordenen la potabilización del agua y orienten sobre la deposisición de materias fecales.
Pérez Then aseguró que las imágenes que se muestran en el Cibao son para preocuparse; las personas conviven con el agua sucia y no tienen agua potable.
Tan grave es el problema que podrían acarrear las lluvias en la región del Cibao, que los indicadores de salud a nivel nacional podrían variar negativamente, dijo Pérez Then.
Brotes diarréicos por el consumo de agua y alimentos contaminados es uno de los efectos inmediatos ante situaciones de inundaciones, dijo el epidemiólogo, quien pidió que se incremente el acompañamiento a las comunidades por parte del personal de salud.
Asimismo, aconsejó que se “peine” la zona vacunando a las personas contra tétanos y otras patologías, que suelen afectar a las poblaciones vulnerables ante este tipo de inclemencia.
Las enfermedades parasitarias también se incrementan en temporadas de inundaciones, por lo que se debe cuidar el lavado de las manos; eso es labor del personal de salud y la asistencia técnica del Estado.
De su lado, la doctora Sarah Mota, presidenta de la Sociedad de Infectología, asegura que lo más importante ahora es prevenir la ocurrencia de brotes.





